Cuaresma: ¿cuestión de moda o un acto de fe sincera?

Se fueron los carnavales y como es normal llegó la Cuaresma y con esta la pregunta de muchos ¿cuál será mi penitencia en este tiempo?, o siendo más directo ¿qué dejo de hacer durante estos 40 días?, y sin pensar mucho deciden abandonar x cosa, dejar x comida o privarse de algún hábito con la intención de “guarda”, esto sumando a que dejan de comer carne los viernes y solo comen pescado, pero si vamos más a fondo y preguntamos el significado de eso te dirán para hacer lo que hacía Dios” o respuestas similares – ese es su pensamiento y aunque no lo comparta no lo critico-.
Cuando llega el Miércoles Ceniza y te vas a las calles ves a un gran número de personas caminando por ahí con su cruz en la frente, si bien es cierto muchos son fieles creyentes, otros son solo como vayas publicitarias o maniquí que  por periodo o fechas especificas muestran lo que a la sociedad les gustaría ver con solo con la intención de atraer la atención del público, la verdad ni saben cuál es el significado de la imposición de la ceniza, es más creo que ni si quiera se acuerdan de “arrepiéntete y cree en el señor” o “polvo eres y en polvo te convertirás”, que te lo dice el padre cuando te hace la cruz en la frente, pero insisto, aunque no comparto esto no los critico, cada quien con su vida. 
Conversando con la gente que me rodea hoy me hicieron dos preguntas, la primera fue “¿ya compraste tus lujosos mariscos para tu menú de Cuaresma?” a lo que sin pensarlo dos veces respondí “yo no creo en esas costumbres y tradiciones de Cuaresma, siempre como cualquier cosa”, por lo que de inmediato me preguntaron “¿y cómo vas a guardar entonces?”, mi respuesta de nuevo fue instantánea y precisa “no creo que voy a guardar y cuando lo hago, más que dejar de comer x alimento, intento cambiar en casos que quisiera empezar a hacer ”.
Saben porque respondí así, pues lo hice porque siempre he pensado que las cosas no se deben hacer porque es una costumbre o tradición, sino con conocimiento de causa y con un propósito,  algo que he aprendido es que todo lo que hagamos debe tener un objetivo, sino es tiempo perdido y en esta vida no hay tiempo que perder.
Soy de la convicción que no se trata de solo dejar de comer o comer solo pescado, para mi guardar es adquirir un compromiso con Dios y conmigo mismo con el objetivo de ser mejor persona cada día y no creo que eso se consiga a través de “costumbres y tradiciones antiguas”, pues el mundo cambia y todos somos diferentes, es por eso que más que dejar de hacer, comer o ser, yo decidí que voy a intentar: intentaré ser mejor persona cada día, conmigo mismo y con los que me rodean eso implica ser más sincero, más humilde y menos apegado a situaciones y cosas que no agradan a Dios.
Incluso el papa Francisco –a quien consideró único y acertado por su apego a la realidad actual- en su mensaje de Cuaresma denominado “Misericordia quiero y no sacrificio” (Mt 9,13), hace una invitación a escuchar la palabra de Dios  y participar de la iniciativa «24 horas para el Señor» que es salir por fin de nuestra zona de confort por medio de la Palabra y las obras de misericordia “mediante las corporales tocamos la carne de Cristo en los hermanos y hermanas que necesitan ser nutridos, vestidos, alojados, visitados, mientras que las espirituales tocan más directamente nuestra condición de pecadores: aconsejar, enseñar, perdonar, amonestar, rezar. Por tanto, nunca hay que separar las obras corporales de las espirituales”.

Para mi, la Cuaresma es un tiempo de reflexión y conversión que nos prepara para que en el Domingo de Resurrección tengamos la dicha de resucitar con Cristo y para esto de nada sirve que dejemos de comer o de practicar alguna costumbre cotidiana si nuestros actos no están acompañados del compromiso de cambiar y estar preparado para nacer de las cenizas,  por tal razón la Cuaresma no es cuestión de Moda sino un acto de fe sincera.

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