Si la vida fuera fácil… sería demasiado aburrida

Quiero empezar esta entrada haciendo una pregunta que lo más probable es que en algún momento todos nos la hayamos hecho ¿cómo sería la vida sin esas dificultades que aparecen de pronto para desordenar todo, cuando las cosas están en calma?, en lo personal pienso que sería muy aburrida porque siempre sabríamos qué esperar y cómo hacer para resolverlo, y así no le veo la gracia.

Desde hace aproximadamente cuatro años tomé una de las decisiones más importante de mi vida, que fue irme a vivir solo a la ciudad de Panamá, dejando la comodidad de mi hogar donde las cosas eran sencillas y estaba rodeado de quienes quiero, y si a eso le sumamos que en mi casa no tenía que hacer ningún oficio –créanme que es un elemento de mucho peso, porque no me gusta hacer nada- se ponía más complicada la situación, pero ni modo, en ese momento era lo que había que hacer y se hizo.

Sin duda eso de vivir solo fue todo una aventura, sobre todo por el hecho de tener que hacer oficios, atenderme y cocinar, entre otras cosas, les confieso que eso de verdad era lo más difícil, pero pese a todo me fui al ruedo, hasta cuando llegó un momento que me acostumbré a vivir solo, menos a los quehaceres y responsabilidades de una persona independiente, no es que quiera ser insistente, pero en serio lo DETESTO, no puedo explicarles qué tanto, pero es parecido al nivel de la emoción David Samudio y el resto los panameños por la clasificación de Panamá al Mundial del 2018, bueno, algo así.

Después de exactamente 3 años y 9 meses en los cuales estuve en tres casas diferentes y ya estaba bastante adaptado a eso de vivir en Panamá sobre todo por la ventaja que tenía para llegar al trabajo, y toda la comodidad que eso implica, hasta que de pronto y por situaciones que no voy a explicar para ya no aburrirlos más, me echan del último lugar, y la verdad eso de llegar a una casa ajena para mí es tan incomodo que preferí  regresarme a vivir en Colón y viajar todos los días aunque eso implique, menos horas de sueño,  menos tiempo de calidad y que mi día transcurra entre buses y el trabajo.

Por supuesto que la decisión de mudarme a Colón nuevamente, y viajar todos los días al trabajo no fue bien vista por muchos que consideraban que no era la mejor opción, hasta yo lo dudé y por momentos y lo sigo haciendo, sobre todo al pensar que esto cambia por completo mi estilo de vida, a una más ajetreada y de estar de aquí para allá sin parar, pero después de tanto pensar concluí  que ese cambio inesperado era necesario, ya hacía falta en mi vida algo que me sacara de mi zona de confort, nuevas situaciones en las cuales me viera obligado a actuar para demostrar de qué estoy hecho y si soy de verdad.

En fin, creo fielmente en que de vez en cuando necesitamos esa ola que nos sorprenda y nos deje inestable, poniendo a prueba nuestra capacidad de respuesta, porque para mí es aburrido el mar en calma por mucho tiempo, aunque sea algo incomodo, disfruto de las tempestades, es por eso que aunque solo tengo dos días viajando de Colón a Panamá para trabajar y aunque no sé cómo quedará esto, no me estreso, porque son esas “situaciones difíciles” que nos sacan de nuestra zona de confort obligándonos a reaccionar  y poniendo a prueba lo que hemos aprendido en otras. Así es que bienvenida cualquier tormenta que  le ponga diversión a la vida.



Comentarios

Entradas más populares de este blog

La doble moral: el mal del que nadie se salva

Somos el resultado de nuestras vivencias

El camino al éxito es “chueco y lleno de huecos”